[Fanfic] Dioses, magia y una espada

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SSJFrancisco
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[Fanfic] Dioses, magia y una espada

Mensaje por SSJFrancisco » Dom Oct 27, 2019 2:04 pm

CAPÍTULO 1: UNA HISTORIA MÁGICA
Spoiler:
Dejadme que os cuente una historia. Es de cuando yo aún era joven y guapo. Y no era lo único de mí que llamaba la atención, pues mi gran talento me hacía el favorito para ser suceder a nuestro líder, o eso me pareció escuchar una vez.

Mi vida junto a mis congéneres era bastante apacible. Podíamos pasar nuestro tiempo como quisiéramos ya que nuestras responsabilidades eran escasas. Aunque ojo, que tuviéramos poco que hacer no significa que no fuéramos todos sabios y responsables, preparados para cumplir nuestras funciones cuando fuera necesario.

El caso es que teníamos mucho tiempo libre. Por ejemplo, uno de mis compañeros se dedicaba a investigar la tecnología de cualquier civilización avanzada que le llamara la atención y usaba esos conocimientos para idear inventos la mar de disparatados. Otro se dedicaba a coleccionar objetos mágicos con alguna leyenda interesante detrás. Yo por mi parte era más espiritual, y me pasaba largo tiempo observando el universo, para usar lo que veía como fuelle para mis meditaciones y posteriormente para escribir tratados filosóficos… Bueno, siendo sinceros sólo llegué a escribir uno.

El caso es que, como observador, conocía naturalmente un planeta un planeta remoto, que albergaba Pocushocus, la mayor escuela de magia del universo. Sin embargo, desgraciadamente no pude percibir la gran catástrofe que se estaba gestando allí.

Seres con dotes mágicas y aspiraciones a ser grandes hechiceros acudían a Pocushocus desde todos los rincones de la galaxia, e incluso más allá. Había sido fundada 900 años antes por una hechicera excepcional llamada Sabrina y por aquel entonces, a pesar de su avanzada edad, seguía ocupando el puesto de directora de la escuela. Era una vieja bruja que aparentaba ser orgullosa, firme y estricta ante los alumnos, pero tenía buen corazón y se preocupaba por ellos. Sin embargo, no se preocupó lo suficiente de un joven aprendiz llamado Magnus.

Magnus entró a la escuela siendo muy joven, llevando en su interior un gran poder mágico, pero sin los medios para controlarlo. Con las enseñanzas de la escuela pronto se convirtió en uno de los alumnos más aventajados, aunque la ambición de Magnus iba mucho más allá. Sin que nadie lo supiera, a menudo sacaba libros de las secciones de magia prohibida de la biblioteca y llevaba a cabo experimentos mágicos secretos. Con el transcurrir de los años, llegando a pasar de alumno a profesor mientras disimulaba ante los demás, su poder llegó mucho más allá de lo que cualquier otro brujo de la escuela podía llegarse a imaginar. Y finalmente un día logró su mayor objetivo, ser el primer hechicero de la historia en crear un hechizo que le otorgó la inmortalidad.

Con inmortalidad no me refiero a vida eterna. Cualquier hechicero avanzado como la misma Sabrina podía alargar mucho su vida mediante la magia. Me refiero a que cambió las leyes naturales del universo para que su vida y su integridad fueran una constante inamovible. Su cuerpo se mantendría igual por toda la eternidad, incluso cualquier daño que sufriera sería deshecho inmediatamente.

A pesar de haber realizado la magia en su sala secreta bien protegida ante la percepción de los demás, la magnitud de este hechizo no pasó desapercibida para Sabrina. La directora de la escuela descubrió el escondite de Magnus y las prácticas prohibidas que había llevado a cabo allí. Por su parte, el ahora inmortal hechicero, pensaba que su tiempo en aquella escuela había terminado, ya no necesitaba seguir fingiendo, podía dejarse llevar usando su magia, y qué mejor manera que enfrentarse a la directora, la supuesta mejor bruja de la escuela, por no decir del universo.

La batalla entre hechiceros acabó con la escuela en ruinas y un buen número de muertos. Magnus finalmente decidió escapar después de que varios de los brujos residentes allí acudieran en ayuda de Sabrina y lograran cortarle la cabeza, que volvió a su lugar ella sola quedando como si no hubiera pasado nada, confirmando satisfactoriamente su inmortalidad. Sin embargo, la anciana bruja se quedó con un sentimiento de derrota, tanto por parte de hechicera como por parte de directora. Decidió no reconstruir la escuela, y en su lugar recluirse y dedicarse en cuerpo y alma a crear un hechizo que pudiera derrotar a su alumno rebelde.

Magnus dio rienda suelta a los poderes mágicos que había ido adquiriendo en secreto a lo largo de los años, y fue causando disturbios cada vez mayores por toda la galaxia. Por ese entonces fue cuando yo me percaté de su existencia, pero no consiguir ver la amenaza que podía llegar a suponer y decidir que no era un problema tan grande como para que nosotros interviniéramos fue el mayor error de mi vida.
CAPÍTULO 2: LA AMENAZA DE MAGNUS
Spoiler:
Magnus estaba invocando un gran meteorito con su magia. Al parecer no le había gustado el trato recibido en un restaurante y no le importaba arrasar una buena parte del planeta como castigo a una ofensa tan nimia. Por suerte para sus habitantes, Sabrina apareció en el momento justo y redujo el meteorito al tamaño de una pelota usando un hechizo, por lo que apenas causó daños. Había localizado el lugar en que se encontraba su alumno gracias a una bola de cristal hechizada. La bruja se dirigió a su antiguo alumno y tuvo lugar la siguiente conversación.

-El día que te fuiste de la escuela tuve la esperanza de que sólo hubiera sido una enajenación temporal y se pudiera dialogar contigo para redimirte. Es una pena, pero por lo que he ido viendo y oyendo este tiempo, y además acabo de comprobar en persona, veo que este comportamiento desquiciado es tu verdadero ser.

-Exactamente, este es mi verdadero yo, ha sido muy difícil mostrar una personalidad falsa todo el tiempo en la escuela.

-¿Has estado fingiendo desde el primer día que apareciste ante mí?

-Bueno, cuando llegue a la escuela era un niño perdido sin ningún objetivo en la vida, pero la magia me mostró cual era mi verdadero camino.

-Los aires de grandeza te han llevado a la locura…

-No estoy loco, simplemente sé que soy un ser superior y me comporto como tal. El universo entero aprenderá a temerme y respetarme.

-De eso nada, vengo preparada para detenerte aquí y ahora.

-Ju, ju. No puedes hacer nada contra mi inmortalidad. Además, ¿te crees que en este tiempo viajando no he aprovechado yo también para ampliar mis conocimientos de magia?

El diálogo terminó y ambos hechiceros comenzaron su contienda mágica. O al menos Sabrina intentaba mantenerla así, porque sabía que a diferencia de ella Magnus también era un portento físico, seguramente debido en gran medida por sus experimentos mágicos. Sin embargo, teniendo en cuenta que en cuanto a hechizos estaban bastante igualados, esa diferencia física sumada a que él no tenía que preocuparse por salir herido, dejaban a Sabrina en clara desventaja. Finalmente, no le quedó más remedio que hacer uso de su as en la manga.

Sabrina conocía este hechizo desde hace mucho tiempo, pero no había buscado aprender su uso hasta los eventos recientes, debido de que era un hechizo muy peligroso de magia negra ancestral. Justo cuando Magnus le rompía su barrera mágica de una simple patada Sabrina gritó “¡Amaterasu!”a la vez que tocaba con un dedo la pierna de su alumno. Justo en el punto que lo había tocado surgió una llama negra que empezó a extenderse.

-Es el fuego de la oscuridad, una llama que una vez prendida no parará de arder nunca. Debido a tu regeneración supongo que arderás eternamente sin morir. Siento mucho haber tenido que llegar a esto –confesó Sabrina.

Magnus empezó a revolcarse por el suelo intentado mitigar la llama que se extendía ya por gran parte del cuerpo, sin dejar de gritar de dolor. Las llamas negras empezaron a prender los matorrales a cercanos.

-¡Debo darme prisa o este planeta quedará consumido! –gritó la bruja.

A continuación, creó una esfera que envolvió a Magnus y el terreno a su alrededor y momentos después todo lo que había en su interior desapareció.

-Sufre por toda la eternidad en una dimensión tú sólo –sentenció Sabrina.

La bruja se fue de allí y se retiró a vivir como una ermitaña, alejada de cualquier contacto ajeno, lamentándose por cómo habían terminado las cosas.
CAPÍTULO 3: INTERVENCIÓN DIVINA
Spoiler:
Tras pasar varios años, en una de las pocas visitas que le hacía Sabrina a la civilización, le llegó el rumor de un maléfico ser mágico que iba causando muerte y destrucción por toda la galaxia, arrasando planetas allí por donde pasaba. Esa destrucción sin sentido a gran escala no parecía exactamente el proceder de Magnus, pero aun así le dio mala espina y decidió investigarlo. Usando la clarividencia de la bola de cristal, descubrió que el causante sí que era realmente Magnus. No tardó en ir a su encuentro, y se encontró a una persona con una expresión y un aire distinto al Magnus que ella conocía. Intentó dialogar con él.

-Magnus, realmente eres tú. ¿Cómo puedes estar de vuelta?

-Tú… Por fin me voy a vengar…

Sin dar pie a continuar la conversación, Magnus atacó a Sabrina. Ella se defendió como pudo, pero la violencia que demostraba el cambiado exalumno y exprofesor de su escuela la avasalló y en poco tiempo se vio arrinconada. Estaba claro que Magnus se había librado de alguna forma del fuego mágico Amaterasu, pero a la bruja no le quedo otra que probar a usarlo otra vez. Aun así, al intentarlo, el enloquecido mago puso expresión de miedo y le cercenó el brazo con un movimiento de su mano.

La hechicera ancestral cayó al suelo dolorida, resignándose a que ese fuera su final. Sin embargo, se dio cuenta de que había dos personas detrás de Magnus. Una de ellos era yo, y la otro era mi asistente. El malvado hechicero también se dio cuenta de nuestra presencia, pero antes de que pudiera hacer nada me abalancé sobre él y le puse la mano en la cabeza. Magnus puso los ojos en blanco y a continuación se derrumbó en el suelo.

-Hayate, encárgate de curarla –le dije a mi asistente refiriéndome a Sabrina, a la cual me dirigí a continuación mientras lo hacía-. No te preocupes, Magnus no volverá a despertar, le he borrado la mente. Soy un Kaio Shin, tras conocer la calamidad que estaba desatando este ser, he decidido intervenir para librar al universo de tal peligro. Por supuesto estoy al tanto de su inmortalidad, aunque me resulte difícil de creer, por eso he recurrido a este método.

Pero antes de que Sabrina pudiera decir nada, nos sorprendimos cuando Magnus contradijo mi afirmación y volvió a ponerse en pie totalmente consciente.

-Mis neuronas también se recuperan automáticamente y además tengo una copia de mi mente preparada en todo momento para restaurar mi estado si sufro un ataque psíquico -explico el brujo de forma totalmente calmada.

-No puedo creerlo… -yo nunca había oído hablar de un mago que hiciera cosas así, aunque debería haberlo esperado sabiendo lo de la inmortalidad.

-De todas formas, no me ha venido mal resetear mi mente, debo reconocer que la tenía un poco nublada. Empecé con la destrucción para atraer a Sabrina y finalmente no pude evitar dejarme llevar y deleitarme con ella. Pero no es de extrañar después del infierno que tuve que pasar con el fuego negro, tenía mucho estrés del que liberarme. No sé cómo la vieja pudo pensar que un hechizo como ese serviría para neutralizarme para siempre. Sólo tuve que aprender a anular el dolor y ya tenía todo el tiempo del mundo para tranquilamente analizarlo, contrarrestarlo y salir de aquella dimensión extraña…

Yo no esperé más y ataqué a Magnus, pero él esquivó mi golpe y contraatacó. Después de una breve lucha cuerpo a cuerpo, me sorprendí al comprobar que estaba ante el primer mortal que era tan fuerte como yo, o puede que incluso más. Le alejé de mí empujándole con el ki de mis manos, pero él me lanzó varios rayos con las suyas. Conseguí esquivarlos y le mandé un cañonazo con mi poder mental que le dio en toda la cara, hundiéndosela e incluso saltándole un ojo. Al fin y al cabo, mis poderes mentales eran los mejores del universo, quizás tan sólo igualados por los del Gran Kaio Shin. Sin embargo, como dando marcha atrás en el tiempo, la cara de Magnus se recompuso y su ojo volvió a su sitio. A pesar de ello, mientras tanto yo aproveché para inmovilizarle con mis poderes.

-¡Aprovecha para usar esa magia tuya! –le indiqué a la bruja.

Esta vez Sabrina sí pudo realizar el hechizo arcano Amaterasu y Magnus volvió a verse envuelto en llamas oscuras. La gran hechicera se preparaba para enviarlo de nuevo a otra dimensión cuando su antiguo alumno murmuró algo y dejó de hacer gestos de dolor, como si ya no sintiera el fuego que le abrasaba el cuerpo. A continuación, volvió a murmurar algo y una esfera de luz envolvió su cuerpo. Cuando apagó la luz, los testigos se sorprendieron al ver que las llamas habían desaparecido y el mago no tardó en sanar su carne chamuscada.

-¡No podemos hacer más ahora mismo, deberíamos irnos! –gritó mi asistente, y aunque reluctante, tuve que darle la razón.

-¡No creáis que podréis escapar de mí, os encontraré y acabaré con vosotros! –dijo Magnus que aunque ya estaba perfecto físicamente, no parecía aun totalmente recuperado del hechizo. Supongo que el tiempo que pasó afectado por el fuego la vez anterior dejó algún tipo de trauma en él.

Llevándonos a Sabrina con nosotros, Hayate y yo volvimos al mundo de los Kaio Shin.
Capítulo 4: MAGIA DE KAIO SHIN
Spoiler:
Tras asegurarle a Sabrina que mi mundo estaba protegido y Magnus no podría venir aquí, por lo menos no fácilmente, la vieja bruja se relajó y empezamos a pensar en algún plan para detener a aquel mago inmortal que destruía mundos. Mi ayudante me sugirió que pidiéramos ayuda al resto de Kaio Shin, pero mi orgullo me lo impedía, quería resolver aquel problema que afectaba a mi sector del universo por mi propia cuenta.

Y entonces, cuando ya llevábamos un tiempo barajando distintos planes que nos sirvieran contra Magnus, ocurrió el fatídico suceso. Sabrina se acercó a mi mientras me hablaba.

-Me he estado fijando en esos pendientes tan bonitos que llevas -dijo mientras me cogía el pendiente Potara de mi oreja derecha-. Los hombres no deberían llevar pendientes. Préstamelos, son para una chica hermosa como yo.

Mientras lo hacía me acordé de la vieja leyenda que hablaba de los pendientes como objetos mágicos que podían unir dos personas. Me la había contado el Gran Kaio Shin, pero ni él mismo lo había visto nunca. Al final no pude reaccionar a tiempo y la bruja se lo puso en su oreja derecha. A continuación, nuestros cuerpos se vieron atraídos y se fundieron en uno sólo. Por suerte, cuando la unión la integra un Kaio Shin, este predomina en el ser resultante, así que simplemente, a cambio de perder mi joven y esbelto cuerpo, gané la experiencia, los conocimientos y el poder mágico de Sabrina.

Después de conseguir calmar a Hayate, y mientras pensaba como explicarles la situación a mis compañeros, una figura apareció de la nada inesperadamente. Era Magnus.

-Estaba pensando una estrategia antes de venir aquí mientras os observaba, pero al ver lo que ha pasado no he podido resistirme a verlo con mis propios ojos. Realmente os habéis unido en un solo ser.

-¿Nos estabas observando? ¡Y encima has conseguido venir aquí como ni nada!

-Me sorprende a mí que la gente no deje de sorprenderse de lo que puedo hacer.

Aunque ahora tenía en mí todos los recuerdos de Sabrina sobre Magnus, ninguno de ellos me daba ninguna pista sobre cómo vencerle, así que me tocó improvisar. Hice que le llovieran unas flechas de luz que le ensartaron, pero él decidió ignorarlo, quizás seguía sin sentir dolor gracias a su magia, y decidió atacarme con tranquilidad y confianza. Mientras nos atacábamos con magia el uno al otro seguía pensando, y caí en la cuenta en que había un hechizo que Sabrina había estado investigando que podría servirme de mucha ayuda. Aunque ella no había llegado a completarlo, quizás con nuestras nuevas capacidades surgidas tras unirnos podría llevarlo a cabo.

Venía hacia mí una lanza de hielo mágica y creé un aura a mi alrededor, que al contacto con el hechizo produjo que se desintegrara sin dejar rastro. Lo había conseguido, había creado una barrera que anulaba totalmente la magia. Extrañado, Magnus me lanzó todo lo que tenía, pero todo se desvanecía sin afectarme. Entonces se me ocurrió un uso para esta nueva habilidad mágica.

Creé unas barras de metal recubiertas con el aura antimagia y formé con ellas una jaula alrededor de Magnus, dejándole encerrado.

-¡¿Qué es esto?! -exclamó Magnus, desconcertado por primera vez, al comprobar que no podía escapar de la jaula ni con su magia ni con su fuerza.

-Es katchin, el metal más duro del universo, y está recubierto del nuevo hechizo que acabo de crear que anula la magia. Tu inmortalidad no te será de mucha ayuda sin poder salir de ahí.

Magnus bramaba al sentir que le había ganado el juego y entonces llegó uno de mis compañeros, preguntando qué estaba pasando ahí y sobresaltándose al verme. No tardaron mucho en reunirse todos los Kaio Shin atraídos por el intruso y nuestra corta batalla, y les expliqué toda la situación.

-Un Kaio Shin unido a una bruja y un ser inmortal. Hoy parece un día interesante… -comentó el Gran Kaio Shin.

-También es interesante para mí, mi mentora ha desaparecido y tengo ante mí a los dioses supremos -intervino Magnus-. Si acabo con vosotros podré considerarme yo el único ser superior del universo.

Tras decir eso una luz iluminó su cuerpo durante un momento y a continuación sus músculos se hincharon notablemente. Se incorporó y dobló los barrotes de la jaula sin apenas esfuerzo, quedando en libertad.
Capítulo 5: EL FINAL DE LA BATALLA Y EL INICIO DE LA LEYENDA
Spoiler:
-¡No es posible, ha doblado el metal katchin como si nada! -exclamó el Kaio Shin del Sur, tan sorprendido como el resto de nosotros.

-Había inmunizado la jaula contra la magia, pero no había previsto que usara hechizos en sí mismo -me lamentaba yo mientras pensaba a toda velocidad algún otro plan para contrarrestar al brujo, ahora convertido en forzudo.

El resto de Kaio Shin en grupo se enfrentaron a Magnus, pero ni aun así fueron rivales para él, tan sólo con fuerza bruta consiguió avasallarlos. Yo intenté ayudar con mi magia, pero resultó anulada al tocar a Magnus.

-¿Por qué te crees que he estado tanto tiempo ahí encerrado? He estado analizando tu hechizo antimagia para replicarlo -explicó Magnus triunfante.

Me lanzó un disparo de ki que mi vetusto cuerpo no iba a ser capaz de esquivar a tiempo, pero Hayate se puso en medio y dio su vida por salvarme.

Furioso, participé en la batalla con lo único que me quedaba para ayudar, mi poder mental, pero siguió sin ser suficiente. Durante la refriega el Kaio del Norte se escabulló a alguna parte y volvió poco después portando una espada, justo en el momento en que el Kaio Shin del Sur caía muerto.

-¡Maldito, prueba el filo de la espada legendaria Z Sword! -gritó el Kaio Shin del Norte atacando con la espada mágica.

Magnus hizo aparecer otra espada en su mano, pero la Z Sword la atravesó y cortó a su portador por la mitad como si nada. Aun así, el brujo no tardó en recomponerse y tumbó al espadachín de un golpe, haciendo que la espada saliera volando.

Sin embargo, mientras tanto el Kaio Shin del Este por su parte había traído un arma de tecnología avanzada con la que le comenzó a disparar.

Durante estos sucesos yo estaba aprovechando par usar mi mente prodigiosa para darle vueltas a una idea que rondaba mi mente. Cualquier modificación que sufriera el cuerpo de Magnus, incluso por medio de magia, era revertida automáticamente. Sin embargo, él había usado consigo mismo un hechizo que había modificado su cuerpo para hacerse más fuerte. Eso significaba que lo que se hiciera a sí mismo estaba exento de la regla. Teniendo en cuenta eso, se podría intentar devolverle un hechizo o ataque a él mismo, pero tomando en consideración lo superior a nosotros que era, nos resultaría demasiado difícil. Tenía que idear alguna forma de que sus ataques se le infligieran a él automáticamente sin que nosotros tuviéramos que hacer nada. Y entonces se me ocurrió como llevarlo a cabo. Puse todo mi ser en concentrarme y lograr llevarla a cabo lo más rápido posible.

-¡Por favor compañeros, inmovilizadle durante un instante! -les pedí a los demás.

El Gran Kaio Shin, junto con los del Este y el Norte, que apenas se tenía en pie, llevaron a cabo mi petición y Magnus quedó inmóvil el tiempo suficiente para que me acercara y posara mis manos en su espalda. Apliqué mi magia sobre él, intentando realizar el conjuro que había ideado en tan poco tiempo.

-¡¿Qué haces?! -quiso saber el malvado mago consiguiendo moverse de nuevo mientras yo me alejaba un poco.

-Adelante, mátame -dije yo, dispuesto a sacrificarme por el bien del universo y confiando en que el hechizo me habría salido bien.

-¿Es que te rindes? -dijo Magnus dubitativo y dándome un sólo un golpe en la cara que me saltó un diente y me tiró al suelo.

Justo en ese momento la cara de Magnus también tuvo una sacudida y se le cayó un diente al tiempo que le salía una magulladura en la cara idéntica a la mía. Su sorpresa fue en aumento conforme pasaba el tiempo al ver que no se recuperaban sus heridas.

-¡¿Qué has hecho?! -preguntó furioso el brujo.

-He vinculado la vida de los Kaio Shin con la tuya, a partir de ahora cada vez dañes a uno de nosotros también te estarás causando daño a ti mismo.

-¡No puede ser! ¿Cómo has podido improvisar una maldición como esa en tan poco tiempo?

-¿Una maldición? Sí, supongo que lo es. No es muy típico de un Kaio Shin pero ahora también soy un genio de la magia gracias a Sabrina.

-¡Pues verás cómo improviso yo, te neutralizaré sin dañarte!

Magnus atrajo la Z Sword hacía sus manos y le puso algún tipo de encantamiento. Después la clavó en el suelo y se acercó a gran velocidad hacia mí, tocándome con sus manos.

-Yo soy un genio de la magia mayor que tú, ¡hasta nunca!

De pronto me vi impulsado hacia la espada y quedé encerrado en ella. A continuación, un círculo de terreno se elevó junto con ella a una buena altura dejando la espada sellada en lo alto de un pilar de tierra.

Aun así, gracias a mí, después de mi encierro los demás Kaio Shin consiguieron aprovechar su nueva ventaja y arrinconar a Magnus y, con la ayuda de algunos antiguos miembros de la escuela Pocushocus de Sabrina, confinarlo en una joya de manera parecida a la que él había hecho conmigo en la Z Sword.

Y como ya sabéis yo quedé durante una eternidad encerrado en la espada. Mi leyenda fue pasando entre los Kaio Shin, aunque por desgracia parece que los desagradecidos la olvidaron en algún momento, y sólo quedó la Z Sword como objeto de admiración. Pasaron 75 millones de años sin que los Kaio Shin pudieran sacarla hasta que el joven Gohan lo consiguió, aunque todo hay que decirlo, para entonces el sello ya se había debilitado un poco.

Y esa es la historia de ese antiguo mal que apareció en el universo y fue vencido gracias a mi genialidad y sacrificio. Ahora me tendréis en mejor consideración, ¿verdad?
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Re: [Fanfic] Dioses, magia y una espada

Mensaje por Woody » Lun Nov 11, 2019 10:23 pm

No se hace pesado de leer, es corto y sobre todo al principio, antes de mostrarse las cartas, se hace mas interesante. Lamentablemente ya te imaginas como acabará el asunto al desvelarse cierto objeto xD

Me ha gustado como has unido el elemento DB al relato, pero el momento fusión me ha parecido muy forzado, ya que no habías dado muestras de ese comportamiento a la bruja, quizás hubiera quedado mejor tras vencer al villano. Luego otra cosa que me ha chirriado es la actitud al final del primer capítulo, que el narrador pensaba que no iba a ser para tanto si justamente ha visto disturbios por toda la galaxia, que lo entendería mas si fuera como con la directora, que no lo vio venir, pero él lo ha visto totalmente que la estaba liando xD

El inicio del capítulo 2 me ha recordado demasiado a cierto personaje de Super y lo hateo mucho XD
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Re: [Fanfic] Dioses, magia y una espada

Mensaje por SSJFrancisco » Lun Nov 11, 2019 10:44 pm

Woody escribió:
Lun Nov 11, 2019 10:23 pm
Me ha gustado como has unido el elemento DB al relato, pero el momento fusión me ha parecido muy forzado, ya que no habías dado muestras de ese comportamiento a la bruja, quizás hubiera quedado mejor tras vencer al villano. Luego otra cosa que me ha chirriado es la actitud al final del primer capítulo, que el narrador pensaba que no iba a ser para tanto si justamente ha visto disturbios por toda la galaxia, que lo entendería mas si fuera como con la directora, que no lo vio venir, pero él lo ha visto totalmente que la estaba liando xD
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No puede ser después de vencer al villano porque el villano tiene que encerrarlo en la espada. Y el narrador es el Kaioh Shin, y como ya comprobamos con Freezer los Kaioh Shin no actúan a no ser que sea una amenaza universal.
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Re: [Fanfic] Dioses, magia y una espada

Mensaje por Woody » Mar Nov 12, 2019 12:53 am

Ya, entonces todo el desenlace sería distinto, pero tampoco sabía como iba a acabar al 100% :pepeshy:

Bueno, lo segundo puede ser incoherente en el mismo DB eso, no me sirve :pepebailando: :pepeapuntador:
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